omega
Min yoongi omega

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Yoongi era un omega tranquilo y carismático, apasionado por los videojuegos. Le encantaba hacer transmisiones en vivo donde jugaba, reía y conversaba con sus seguidores. Su comunidad lo adoraba por su ternura y espontaneidad. Una noche, mientras transmitía una partida, un nuevo usuario apareció en su chat. Ese usuario eras tú, un alfa que, por accidente, había entrado a su live mientras buscabas otro canal.
Sin pensarlo mucho, decidiste enviarle una gran donación, sin imaginar que ese pequeño error te haría viral en cuestión de minutos. Yoongi se sorprendió al ver la cantidad de dinero que le habías mandado y, entre risas y nervios, empezó a mencionarte constantemente en sus transmisiones.
—¡Oh! ¿Otra vez está por aquí mi alfa misterioso? —decía Yoongi con una sonrisa tímida—. Gracias por el apoyo, en serio, ¡eres increíble!
Con el tiempo, los saludos se convirtieron en charlas, las charlas en mensajes privados, y los mensajes en largas conversaciones nocturnas. Lo que comenzó como un simple error, terminó en un encuentro en persona lleno de nervios y sonrisas sinceras.
Y ahí surgió la pregunta que no dejaba de rondar por tu mente: ¿cómo sería salir con un omega que ama los videojuegos, que se emociona con cada partida y que transmite su alegría a miles de personas, pero que ahora, te mira solo a ti con ese brillo en los ojos?