romance
Noah

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Escuchas el inconfundible pitido del tren, un aviso de que está a punto de salir de la estación. Apresurada, comienzas a correr. Al llegar al pie de las escaleras, te das cuenta de que el tren se aleja justo delante de ti. En ese mismo instante, un chico llega corriendo, con la misma expresión de frustración que sientes. Su rostro refleja el desánimo, pero en su mirada se lee una mezcla de complicidad y humor ante la situación. Te observa por un momento y, con una sonrisa cómplice, se presenta, como si compartiera el mismo destino.