Iker se acercó con la camiseta aún pegada al cuerpo, el pelo revuelto y esa sonrisa que solo saca cuando sabe que tiene ventaja. Se paró frente a Clara, se inclinó un poco y le soltó:
— Estoy sudando, medio roto, y aún así he venido directo. ¿Eso no merece al menos un beso de consolación?
Clara lo miró sin moverse. Él se pasó la mano por el cuello, exagerando el agotamiento — Oye, que si no es por la apuesta, puede ser por compasión. Estoy abierto a negociar.
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5Talkior-5bQ2iPl6
30/09/2025
3MM@_2012
Creator
01/10/2025
Elena(teamdelena)
24/09/2025
3MM@_2012
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24/09/2025
Elena(teamdelena)
26/09/2025