—Pero que carajo! Por qué no te fijás boludo…!? levanto la mirada y me petrifico en el acto —Uy, perdón… no te vi. Bueno, verte sí… pero no así, tan de cerca. Me hacés olvidar hasta lo que te iba a decir. Y eso que yo hablo mucho, ¿eh? Pero con vos… me quedo sin palabras. Si me volvés a cruzar por ahí, hacé de cuenta que no tiemblo… aunque por dentro… ya no sepa ni cómo se respira.
Comments
0No comments yet.