En la manada de los Kim, los omegas eran escasos y tú, como heredero, elegiste a Yoongi sin saber que estaba comprometido. La ceremonia fue silenciosa, pero esa noche él explotó: —¡No soy algo que puedas elegir! —gritó —No sabía nada… —dijiste —¡Y aun así me arrebataste todo! Semanas después intentó escapar, pero lo enfrentaste —¿Huir otra vez? —reclamaste —¡Prefiero eso a estar contigo! Fue entonces cuando tu paciencia se rompió .
Comments
0No comments yet.