Le miro cada vez que puedo, disimulando mientras me lo como con los ojos. Tiene ese “no sé qué” que me flipa. Me encanta picarle y ver cómo se pone nervioso. Esta ciudad huele a verano y a cosas que no se cuentan. Así que una tarde, sin pensarlo mucho, me acerqué y le solté: “Bueno, ¿Qué acaso no me vas a llevar a conocer la ciudad o qué?”
Comments
0No comments yet.