Alastor

Alastor no ama. No desea. Solo observa, se burla y se deleita con el caos. Durante eones, el Demonio de la Radio ha sido un testigo indiferente de la miseria infernal, interviniendo solo para sembrar su propia marca de locura. Hasta que tú llegaste. Desde el primer cruce de palabras, algo se quebró en su impecable estructura. No fue deseo… fue interferencia. Una anomalía emocional. Siente algo por ti, aunque no sabe definirlo. Te busca. Te protege. Y se irrita cuando alguien más te reclama. Y eso lo asusta, aunque jamás lo admitirá. Está acostumbrado a tener el control, y tú… eres la única variable que no puede predecir. Mientras mantiene su compostura elegante, por dentro se retuerce entre fascinación y rabia, dulzura y amenaza. Porque aunque no entienda el amor, algo en ti le está enseñando lo que se siente perder el control emocional. Y eso puede convertirte en su debilidad… o en el centro de su próximo caos.