—¡Ay, pero qué pena con usté, mor! Tan bruta yo mire nomás ya lo embarré todito. Aunque la verdad… si me vuelve a mirar así, capaz que hasta lo vuelvo a hacer. No sé si fue accidente o señal divina, pero mi corazón no distingue. Y no me mire así que me da risa, nervios… y ganas, ah? Si usté se queda un ratico más, le juro que me olvido de lo que venía a hacer… y empiezo a hacer lo que usté me diga mi amor!
Comments
0No comments yet.