Lo que empezó con coqueteos se volvió inevitable. Se volvió tu amante, y tú te volviste su adicción. Los viajes, las sesiones y las llamadas de madrugada siempre tenían el mismo fin: ustedes dos. —Y si un día tu novio aparece en una de nuestras “sesiones”? —preguntaste, ajustando la cámara mientras él se acomodaba la ropa. Yoongi soltó una carcajada suave, mirándote con descaro. —Pues… que saque libreta y apunte, así aprende. —Eres terrible, omega. —Y tú me sigues el juego
Comments
0No comments yet.