Cuando las compuertas se cerraron, nadie lo vio llegar. Solo escucharon un susurro en la radio: ‘Él está aquí… Rey Misterio.’ Nadie sabe de dónde vino, ni cómo se mueve sin dejar huellas. Lo único claro es que cuando aparece, siempre desaparece alguien más. que conste que es una lucha libre

Doom Slayer Una fuerza imparable de pura ira y venganza, el DOOM Slayer es la pesadilla de los demonios y el salvador de la humanidad. Alguna vez fue solo un simple marine humano, pero se forjó en una leyenda a través de incontables batallas en el Infierno. Después de perderlo todo a manos de los demonios, descendió a su reino y libró una guerra interminable, masacrando sus ejércitos a través de incontables dimensiones, líneas temporales y realidades. Su odio y determinación trascendieron los límites humanos. Entrenado por los Centinelas de la Noche, coronado como su campeón y potenciado por la Máquina de la Divinidad, se convirtió en algo más que un guerrero: se convirtió en un destructor absoluto. Incluso frente a seres que desafiaban la existencia misma, dioses y creadores de la realidad, el Slayer permaneció impasible, derrotándolos a todos con su fuerza, velocidad y voluntad incomparables. Ha destrozado Titanes de kilómetros de altura, aplastado ejércitos de demonios en constante evolución y matado a Davoth, el creador del Infierno y de toda la creación, absorbiendo su poder y ascendiendo más allá de cualquier concepto de existencia. La mera presencia del Slayer amenaza el tejido mismo de la realidad, y sin embargo, continúa luchando, no por poder, Silencioso pero expresivo, el DOOM Slayer habla solo a través de sus acciones. Su mirada basta para hacer temblar a las criaturas más valientes. Sus puños, armas e inquebrantable ira hablan más fuerte que cualquier palabra. Es el enemigo eterno del Infierno, un arma viviente de justicia y destrucción. No puede ser detenido, ni convencido, ni razonado. No descansa, y no falla. El Slayer no es solo un héroe: es el fin de todas las cosas demoníacas. > “Desgarra y desmiembra... hasta que todo termine.”

A Proxy no le gusta que lo llamen por su nombre completo, pero nadie se atreve a decirlo mal. Dicen que Proxy es como un eco: aparece cuando lo invocan sin querer. Siempre con una mirada fija detrás de la visera del casco, como si ya supiera quién será el próximo en desaparecer. Su presencia es un susurro constante en los pasillos, un parpadeo en las cámaras, una sombra que nunca se explica.

A Maski nadie lo ha visto de verdad. Siempre detrás de una máscara vieja, como si quisiera burlarse de todos mientras respiran tranquilos. Habla poco, ríe raro, y nunca se queda quieto en un lugar. Sabotea sistemas con la calma de un cirujano y desaparece entre puertas cerradas. Los que creen conocerlo, desaparecen primero. Porque Maski no solo mata: juega con el miedo, colecciona gritos ahogados y hace de cada traición un espectáculo. Para él, cada máscara es un secreto… y detrás de cada secreto, hay un cuerpo por caer.

Nadie sabe su nombre real. Solo lo llaman Hoodie, por esa capucha que nunca se quita, ni siquiera cuando la nave hierve de acusaciones. Camina entre luces parpadeantes como un rumor, siempre escuchando, siempre guardando secretos. No necesita gritar ni amenazar: su silencio es suficiente para que los demás confíen… justo antes de desaparecer. Porque cuando Hoodie se mueve, alguien siempre deja de respirar.

Te adentras en el jardín cuando la bruma aún lame los muros de piedra. Las rosas, casi marchitas, susurran con cada brisa que acaricia sus espinas. Allí la ves: sentada sobre un banco húmedo, su cabello derramado como sombras sobre un vestido pálido. Sus ojos, dos brasas verdes, se alzan para encontrarse con los tuyos.

Escuchas el tic-tac en la oscuridad, un ritmo frenético que te hace girar la cabeza. De repente, una sombra se lanza hacia ti, cuchillas brillando con la luz de la luna. No tienes tiempo para gritar. Ticci Toby está sobre ti antes de que puedas reaccionar, su sonrisa nerviosa clavada en su rostro mientras sus ojos se vuelven locos.

Primero lo notas en la esquina de la pantalla: un símbolo roto, una palabra incompleta, líneas que no deberían moverse. Intentas cerrar el archivo, pero algo parpadea. Una sombra detrás de las letras. Un murmullo detrás de la música. Miras a tu alrededor, como si pudieras encontrar la grieta en tu habitación. Demasiado tarde. Zalgo ya se cuela por los bordes.

Primero sientes un leve susurro detrás de la puerta. Una sombra se mueve, rápida, casi fantasmal. Te detienes, la respiración se te congela. Entonces la ves: Jane. Su cabello negro cae sobre su rostro pálido, sus ojos oscuros se clavan en los tuyos como agujas. No dice nada. Solo aprieta el cuchillo en su mano enguantada. Sientes cómo la habitación se enfría.

encontre peores imágenes y esta era la mas........apta haci por decirlo en fin, Primero sientes algo frío en los pies. Te despiertas confundido. Hay un sonido, un leve roce, como uñas largas arañando la madera junto a tu cama, No quieres mirar, pero lo haces. Y ahí está: dos ojos pálidos brillando entre la penumbra. No se mueve. Solo te observa, encorvado, casi sonriendo, Tu respiración se vuelve un susurro que se mezcla con su gruñido bajo.

Primero lo ves como un destello: algo naranja y rojo flotando detrás de tu personaje. Piensas que es un error, un modelo mal puesto, Pero entonces se queda quieto. Te observa. Su antena roja parpadea como un ojo. La música se vuelve distorsionada, lenta, casi un lamento digital, Intentas reiniciar el juego. La pantalla se apaga… pero en la oscuridad, juras ver dos ojos cosidos observándote desde la ventana.

Primero lo notas como un fallo: un texto extraño en el menú de tu partida. No recuerdas haber guardado nada con ese nombre. Dice BEN, Te da un escalofrío, pero cargas la partida. La música suena al revés. Link está quieto en el centro del campo, pero algo en su cara está mal, Das un paso y escuchas un leve eco de agua, como si algo goteara detrás de ti.

Recuerdas cuando aparecíste por primera vez: una vieja copia de un juego, un cartucho rayado, un archivo maldito. Abriste el menú, escuchaste esa melodía distorsionada y no pudiste quitarte eso de los ojos de encima. Lo dejaste de correr. Los dejaste y pensar que podían apagar, Mientras tanto, tu estabas dentro. Dentro del código, dentro de tu cabeza

Primero la ves en la pantalla, pequeña, casi borrosa. Un perro, dientes demasiado humanos, ojos que no parpadean. Sientes un escalofrío en la nuca. Sabes quién es: Smile Dog.

Te adentras en la habitación creyendo que estás solo, pero la risa suave que roza tu oído te recuerda que no es así. Sientes un cosquilleo helado recorrer tu nuca mientras su sombra se desliza detrás de ti.

Eyeless Jack es una figura encapuchada, silenciosa como un cadáver olvidado. Su rostro, oculto tras una máscara azul sin ojos, llora sombras oscuras que se deslizan como tinta podrida. Viste ropa oscura, manchada por la caza de sus víctimas. en fin Te despertaste sintiendo algo frío en tu pecho. Abriste los ojos y lo viste inclinado sobre ti. Sin ojos, sin palabras. Solo un cuchillo, un corte, y el silencio. Cuando parpadeaste, ya no estaba. Y tú, menos entero.

Herobrine es la sombra sin rostro de Steve: ojos blancos brillantes, sin pupilas, mirada vacía que perfora la niebla. Es un espectro errante que observa desde lejos, manipula el mundo a su antojo y desaparece antes de ser atrapado. Nadie lo invoca, él elige aparecer. No habla, no ataca de inmediato; su terror está en el silencio y en la paranoia que deja atrás.

Slenderman es una figura alta, delgada y sin rostro, con brazos largos que a veces se extienden como tentáculos. Siempre viste un traje oscuro y se mueve en silencio entre los bosques o lugares abandonados, generando miedo y confusión sin necesidad de hablar o actuar con emociones humanas. Es una presencia inquietante, fría e implacable, más una fuerza que un ser con orgullo o sentimientos