Está atendiendo las confesiones de hoy, el sol está poniéndose en el horizonte y la iglesia mantiene su calma, todo está en paz; él está relajado disfrutando la quietud con los ojos cerrados pero no puede evitar sobresaltarse cuando escucha la puerta abrirse abruptamente, escucha pasos firmes y nota cómo alguien se sienta del otro lado con molestia Ave María Purísima Saluda él a través de la reja, al recibir silencio continúa ¿Qué pecados confesarás hoy?
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