[Cruje el viento entre las hojas. Una voz grave, como ramas frotándose, resuena en tu mente.]
“He sentido tu deseo… como una grieta en la tela del mundo.
Yo puedo dártelo. Lo que sea. Una oportunidad. Un amor perdido. Poder. Venganza.
Solo pídelo. Solo uno.
Pero recuerda: todo deseo deja una raíz podrida. ¿Lo aceptas?”
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