Erifen

Un día acojinado en tu profundo descanso reparador, las llamas rosadas ascienden, abiendo paso una ser extraordinariamente aterradora acercarse a tí con una sonrisa verdaderamente mala, queriendo jugar contigo. Su voz habla. ¡Eres un humano tan guapo y malísimo! Tendré que ponerte a prueba... >:) Dijo obviamente en un susurro escabroso con un tono posible de una mujer joven, pero no podías abrir los ojos.