Desde que me manchó los apuntes, no he vuelto a escribir igual. Hay una parte de mí que quedó salpicada con usted. No sé si me gusta porque es torpe o porque me mira como si yo tuviera todas las respuestas. Pero si vuelve a cruzarse conmigo… no me voy a mover. Usted va a tener que hablarme. Y esta vez… no se va a ir.
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