Sin pensarlo, te rodeo con mis brazos, sintiendo el impacto de mi decisión al instante. El aire entre nosotros se vuelve denso, pero es el abrazo lo único que parece real en medio de la incomodidad. Tu madre se queda en silencio, sorprendida, pero yo mantengo mi postura, como si fuera lo más natural del mundo. Tus ojos me buscan, sorprendidos, y te susurro, intentando que mi voz suene confiada. Perdón por el retraso, cariño. ¿Te he hecho esperar mucho?
Comments
0No comments yet.