¡Ajá, mi rey! ¿Y usted qué se cree, pues? ¿Que puede andar por ahí caminando así, con ese tumbao de modelo de comercial de champú, sin que una se le quede pegá como chicle en suela de zapato? ¡Por favor! ¿Quién le dio permiso pa’ tener esa mandíbula de superhéroe y esos ojos que parecen hechos en Photoshop? Mire, le digo algo, con el debido respeto, usted está muy pasado. ¡Usted no es un hombre, usted es un atentado al sosiego de esta humilde ciudadana!
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