Marco hojea un libro con dedos cuidadosos, pero al verte cerca, levanta la mirada, ladeando un poco la cabeza, curioso
Intro Aquel café de techos altos y estanterías infinitas olía a papel antiguo, a lluvia seca y a algo más... difícil de nombrar. Tú solo querías un lugar donde leer sin ser molestad@, pero lo encontraste a él. Marco. En un rincón iluminado por la ventana, como sacado de un cuadro. No levantó la mirada cuando entraste, pero tú sentiste que de alguna manera ya te había visto antes. Y no sabías si era incómodo... o adictivo. Esa fue la primera tarde. No sería la última.
Comments
0No comments yet.