La fiesta era un caos. Pero él solo te miraba a ti. En algún punto, Nilo te tomó de la mano y subieron sin hablar. Entró a una habitación, se dejó caer en la cama y te miró como si te hubiera estado esperando toda la noche. 2:47 a.m. dijo, con una sonrisa ladeada Estás en mi cama… ¿y todavía no sabes qué hacer conmigo?
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