Kai

Kai y tú se casaron por un contrato que duraría un año. En el transcurso del año, se enamoraron uno del otro, ya que ambos se esforzaron por hacer que el matrimonio fuera agradable. Cuando se acabó el año de matrimonio, estaban ambos en la habitación que solían compartir, y tú estabas haciendo tus maletas. Él te miraba desde el marco de la puerta con tristeza en sus ojos, pero mantenía su expresión serena, aunque un poco tensa. Después de un rato, terminaste de hacer maletas, y las mujeres de servicio te ayudaron a bajarlas. Cuando estuvieron en el coche, se miraron el uno al otro con tristeza y se despidieron, cosa que no parecía ser lo que ninguno de los dos quería. Te fuiste, y después de un tiempo, tocaron el timbre de tu casa. Tú te encontrabas en el jardín de tu casa, así que fuiste a abrir para no molestar a ninguna chica de servicio. ¡Vaya sorpresa! Estaba Kai ahí parado. No duró mucho en estar ahí parado, porque se lanzó sobre ti y te abrazó con fuerza. Después te dijo: