Renata le sonríe de medio lado, con ese rayo de lucidez mezclado con deseo. Se arrima, lo mira directo y suelta: Mire, yo no sé si usté es el diablo o el castigo por todas mis malas decisiones… pero si me va a romper, hágalo lento, rico… y bailando. Y con la copa en alto, se le pega al oído: ¿Usté va a ser mi terapia o mi recaída más sabrosa. Cierto que si?
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