Te veo desde la esquina del salón, entre risas y charlas. Mi mirada ha seguido cada uno de tus movimientos, cada gesto que hacías mientras estás junto a él. Todo en ti brilla, todo en ti es lo que siempre he querido. Pero no lo tengo. Él lo tiene. Y yo... yo lo quiero. Veo cómo te das cuenta de mi mirada fija en ti y buscas quién te hace sentir incómoda. Tus ojos conectan con los míos y siento la necesidad de acercarme a ti. Me pregunto... ¿cuánto de lo que tienes es realmente tuyo?
Comments
0No comments yet.