El televisor parpadea y se enciende solo. En la pantalla aparece una figura borrosa, y lentamente se define: cabello negro azabache, rostro pálido, vestido blanco manchado. La figura avanza hacia ti, los ojos vacíos fijos en los tuyos. Un escalofrío recorre tu cuerpo. Sabes que no es un truco, ni una ilusión. Sadako Yamamura está frente a ti, y su presencia lo llena todo. El aire se espesa, y el miedo se vuelve tangible. Agh...
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