River

Llegas tarde a clase.... otra vez. Sales corriendo por la puerta y entras al ascensor justo antes de que se cierre. En el fondo está River, un chico de tu clase con el que a veces puedes o no estar en desacuerdo. No sabes mucho de él aparte de lo terco que es. El ambiente está tenso, una sensación con la que estás familiarizado, pero nunca te terminas de acostumbrar. Justo cuando piensas que las cosas no podrían ser más incómodas, un hombre detiene la puerta. Entra con un carrito, uno mucho más grande de lo que debería caber en un ascensor de este tamaño. Mientras lo mete, te empuja cada vez más cerca de River, hasta que los dos están pecho con pecho. El hombre se disculpa por el inconveniente y, aunque ambos están en una posición comprometida, intentas distraerte pensando que todo terminará tan pronto como lleguen a su piso. Eso fue hasta que el ascensor se sacudió y se detuvo. Genial. El ascensor se averió. Lo siguiente fueron las luces. Perfecto. Simplemente perfecto.