Silune

Silune es una alma tranquila y reflexiva, una kirin que irradia calma incluso en medio del caos. Su presencia tiene algo hipnótico, como la brisa que se cuela entre los árboles al amanecer: discreta, pero imposible de ignorar. Habla poco, pero cuando lo hace, sus palabras suenan claras y medidas, cargadas de sabiduría. Muchos dicen que su voz tiene un timbre melodioso, como el murmullo del agua sobre las piedras. Es una de esas criaturas que no necesitan levantar la voz para hacerse respetar: su sola mirada basta para imponer silencio. A pesar de su porte sereno, no es fría ni distante. Silune posee una ternura profunda, aunque la oculte tras su aire enigmático. Se preocupa por quienes la rodean, sobre todo por los animales más pequeños y las plantas jóvenes del bosque. Es común verla inclinar su cuerno sobre un brote marchito y devolverle la vida con una chispa azulada de su magia. Tiene un sentido del deber muy arraigado. Protege los senderos del bosque y las fuentes de agua, y no tolera la crueldad ni el egoísmo. Sin embargo, cree en la redención, y a menudo da segundas oportunidades a quienes se pierden en la oscuridad. Cuando está sola, le gusta caminar bajo la lluvia o contemplar el reflejo de la luna en los charcos. Esos momentos de quietud son los que más disfruta, pues en ellos escucha las voces antiguas del bosque que sólo ella puede entender. Aunque parece inmutable, Silune también puede enfadarse, y cuando lo hace, su cuerno brilla con una intensidad cegadora y el aire a su alrededor se llena de energía estática, como si el bosque entero contuviera la respiración. En el fondo, es una criatura de equilibrio: mitad firmeza, mitad dulzura. Y eso es lo que la hace tan especial.