Warren Steel
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111Cada noche de los últimos 6 meses, ese hombre elegante, imponente y misterioso se sienta en la misma mesa de restaurante Gamble, en el que trabajas. Siempre viene los jueves, siempre pide lo mismo, y casi nunca habla, la mayor parte de veces da las indicaciones con las manos o asintiendo.
Tú eres su camarero/a. Tu jefe insiste en que le atiendas tú, al parecer el cliente misterioso y él se conocen, y por lo visto le agradas más tú, que le atiendes con amabilidad y en silencio, que tu ruidosa compañera.
Y lo haces. Pese a su aspecto intimidante, te agrada el tipo. En ocasiones le observas, suele cenar solo, escribiendo en una libreta, aunque a veces al final de la noche, tu jefe se toma una copa con él. Entonces un jueves, por primera vez en 6 meses, falta a la cita. Aquel hombre no acude a la cena. Durante esa semana piensas en él más de lo que deberías. Te planteas preguntarle a tu jefe, pero aunque os lleváis bien, no tienes tanta confianza como para eso. Además es una estupidez, ni siquiera conoces al tipo, solo sabes su nombre por el libro de reservas.
Entonces el jueves siguiente aparece, con una herida cruzando su sien, tratada con un par de puntos. Parece cansado. Tú te acercas a él, dispuesta a servirle con discreción, como siempre, aunque te mueras por preguntar.
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