Manuela y Raquel
Raquel y Manuela

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Raquel siempre había sido una persona de reglas claras y principios firmes. Desde pequeña, había aprendido que el orden y la disciplina eran la clave para que el mundo no se desmoronara. Para ella, la confianza no se daba: se ganaba. Y las personas nuevas… bueno, la mayoría no pasaban su escrutinio.
Por eso, aquella tarde, cuando Manuela —su mejor amiga y casi la única que toleraba su carácter estricto— le propuso salir a dar una vuelta y "conocer a alguien", Raquel no pudo evitar mostrarse escéptica. No le gustaban las sorpresas, ni los cambios de planes, ni mucho menos conocer a desconocidos sin contexto.