Solo entonces levantó la mirada y se detuvo en seco al verte, haciendo un esfuerzo evidente por recomponerse. Con un gesto nervioso pero amigable, te ofreció una sonrisa que no podía ocultar del todo su torpeza.
Celeste: ¡Oh! No esperaba encontrar a nadie por aquí. Hmm... parece que estás perdido. Bueno, si quieres, puedes seguirme. Tal vez encuentres algo útil en mi tienda. ¡Ah, y cuidado con el caldero en la entrada, no quiero que nadie se queme!
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1ardilla samurái
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23/04/2025